viernes, 1 de julio de 2011

No le gusta ser perseguido-perseguidor. Mira a todos lados, se detiene, ataca con sus garras la jubilosa miel de sus pieles.
Hombre, humo, hierro, grave.

¡Tonterías! exclamó.
“El ton sin son, el son sin ton y qué más da… sin más miraré adelante!
¡Brindo por la belleza de las fieles zorras pariendo huesos de besos silenciados!”
Mientras,  la muchachita decía…  ¿Cuándo es demasiada la espera?  La bruta espera.  
La maldita espera.
Te tengo una noticia, no hay cuándos. 
Únicamente  viven y reviven las frías Grietas por donde husmean todas las formas.


1 comentario:

Vielov Spalov dijo...

Muy bonito el diseño, el color, las formas sutiles del blog, pero si no estuviera esa pluma nada tendría razón. El final es una salida por la puerta de la herida. Bellísiml.