sábado, 24 de noviembre de 2007

Regalos de Mentecatos

También hay mentecatos que están locamente sumidos en sus propósitos o despropósitos. Y en esta vorágine, suelen sorprendernos con un afán que puede ser encantador. Tampoco los entendemos, pero hay veces, que no hace falta.


"¿Sabes? No se casi nada de vos… Excepto en donde tenes cosquillas"


Una dosis de mentecatería...

Los mentecatos son así: insufribles.

Hombres o mujeres. Todos a la misma bolsa.

De diversas profesiones.

De diversas edades.

Los mentecatos son esos que no comprendes. Esos, a los cuales examinas de cerca y de lejos y seguís igual: sin comprender.

“¿Soy yo o son ellos?”

Corres tras la felicidad pero los mentecatos sobran.

Pero lo peor es que quizás ellos y vos están mal.

Son así, y vos también sos así: intolerante. Alterada a cada instante.

Bienvenidos a los tiempos que corren.

Donde nada es como en Blancanieves.

Donde los bellos pueden no ser tan bellos y donde los enanos – aunque más no sea los petrificados en el jardín- después de haber visto Amélie, solo esperan ser secuestrados para recorrer el mundo, y no tener que trabajar nunca más de sol a sol.