
Los mentecatos son así: insufribles.
Hombres o mujeres. Todos a la misma bolsa.
De diversas profesiones.
De diversas edades.
Los mentecatos son esos que no comprendes. Esos, a los cuales examinas de cerca y de lejos y seguís igual: sin comprender.
“¿Soy yo o son ellos?”
Corres tras la felicidad pero los mentecatos sobran.
Pero lo peor es que quizás ellos y vos están mal.
Son así, y vos también sos así: intolerante. Alterada a cada instante.
Bienvenidos a los tiempos que corren.
Donde nada es como en Blancanieves.
Donde los bellos pueden no ser tan bellos y donde los enanos – aunque más no sea los petrificados en el jardín- después de haber visto Amélie, solo esperan ser secuestrados para recorrer el mundo, y no tener que trabajar nunca más de sol a sol.
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